Febrero: mes donde te llenan de corazones hasta por los codos. Una celebración que succionó toda técnica de consumismo ("Toda nuestra cultura está basada en el deseo de comprar, en la idea de un intercambio mutuamente favorable" -Erich Fromm), lo cual hace creer a la gente que tiene sólo dos opciones:
-Si tengo pareja, debo comprar un caro regalo, rosas, peluches o algo con forma de corazón.
-Si no tengo pareja, me amargo porque nadie me quiere, todos me odian, que soledad del alma mía...
Sin importar si todo esto viene de algún antiguo rito pagano o no, debemos ver todo este asunto desde una perspectiva diferente, creo yo.
Estoy de acuerdo con la idea de celebrar el amor, pero no considero que deba celebrarse solo el amor de pareja. Sentimos amor por nuestra familia y amigos también...
¿Cómo celebrar el amor? Con un gesto, un abrazo, un "te quiero un pichazo", un beso con ganas, una canción al oído, un masaje, etc. Si usted desea comprar un gran regalo, ¡también puede hacerlo! Pero ese regalo no significa que usted ame más...
Así que úsemos febrero y úsemos San Valentín como un recordatorio para demostrar lo que sentimos por los que nos rodean, sin importar si tenemos pareja o no. Recordemos que el amor está dentro de nosotros, está ahí para entregarlo y hacer el bien: para ayudar al crecimiento de los que queremos.
"El amor no es esencialmente una relación con una persona específica; es una actitud, una orientación del carácter que determina el tipo de relación de una persona con el mundo como totalidad, no con un objeto amoroso. Si una persona ama sólo a otra y es indiferente al resto de sus semejantes, su amor no es amor, sino una relación simbiótica, o un egotismo ampliado". -E. Fromm
¡Seamos una luz en la vida de los demás!
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