
Me fumo un cigarro, y pienso en vos.
Suelo olerlo antes de encenderlo, porque el cigarro
parece y se siente dulce al principio, como vos.
Inhalo el humo que sé que me hace daño, como vos,
pero igual lo disfruto.
Lo retengo dentro, como te retengo a vos, tratando de saborearlo.
Y luego no puedo evitarlo, tengo que dejarlo salir.
Exhalo sin remedio, lamentando que tuve que soltarlo, como cuando vos te vas.
Y luego respiro el aire puro, sintiendo el efecto que me deja
el cigarro, ahora acabado. Trato de prologarlo todo lo posible, como cuando estoy con vos.
Y entiendo porqué ese cigarro me sabe a gloria. Porque así me sabes vos.
Pero después recuerdo que no fumo, que no es mi costumbre, pero vos tampoco lo sos.
Imagen de acá